miércoles, 24 de agosto de 2011

ninguna novedad


Decime un nombre...



Oh que dulce es la vida, oh sí!
no puedo quejarme de nada. Ni quiero, sería injusto
todo es como debe ser... y listo.
(días pasados)

De repente se me vino una pared 
a la cara, y me la estoy chocando
y lo dulce ámbar se tornó en amargo negro.

Me importa pero no me importa.

Digo, cuando algo viene a doler un poco
trae acarreados ciertos aprendizajes, 
aunque salga llena de machucones
ya estoy percibiendo
que este momento
me va a sacar buena! 






4 comentarios:

  1. Y un día cuando todos estábamos buscando la puerta de salida, volvió.

    ResponderEliminar
  2. Hombre que tropieza y no se cae, adelanta dos pasos

    ResponderEliminar
  3. Pero para que queremos la puerta de salida, si acá adentro estamos bien.. Petita!

    Hombre que aprende a los casi golpes, oxi.

    ResponderEliminar