Decime un nombre...
Oh que dulce es la vida, oh sí!
no puedo quejarme de nada. Ni quiero, sería injusto
todo es como debe ser... y listo.
(días pasados)
De repente se me vino una pared
a la cara, y me la estoy chocando
y lo dulce ámbar se tornó en amargo negro.
Me importa pero no me importa.
Digo, cuando algo viene a doler un poco
trae acarreados ciertos aprendizajes,
aunque salga llena de machucones
ya estoy percibiendo
que este momento
me va a sacar buena!
Y un día cuando todos estábamos buscando la puerta de salida, volvió.
ResponderEliminarHombre que tropieza y no se cae, adelanta dos pasos
ResponderEliminarPero para que queremos la puerta de salida, si acá adentro estamos bien.. Petita!
ResponderEliminarHombre que aprende a los casi golpes, oxi.
Me ha gustado tu blog
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